La cavidad oral representa la forma en que muchos microorganismos ingresan al cuerpo humano, incluido el SARS-CoV-2, el coronavirus que causó la pandemia de COVID-19 este año. Se ha hecho público que cuando estornudamos, tosemos o hablamos, el virus se transmitirá de persona a persona a través de las gotitas que rociamos por la boca y la nariz.

También se ha informado que este coronavirus infecta las células huésped (células humanas) al unirse a un receptor específico (llamado ECA2). Una vez que el coronavirus ingresa a la célula huésped, utiliza maquinaria celular humana para producir miles de copias (virus nuevo), que luego se liberan y pueden infectar otras células.

Estos receptores se encuentran en varias partes del cuerpo humano, como los pulmones, los intestinos, los riñones y la cavidad bucal.

En la cavidad oral, podemos encontrar estos receptores en tejidos como las glándulas salivales y la mucosa oral, pero se encuentran en alta densidad en las células epiteliales de la lengua.

Los estudios han demostrado que durante la primera semana, el virus se multiplica activamente en el tracto respiratorio superior (boca, nariz y garganta). Además, el virus se ha detectado en la saliva de pacientes con COVID-19.

Por lo tanto, la cavidad bucal es una de las principales vías de entrada y propagación del virus, y también es un área donde el virus puede replicarse. Ésta es un área con alto riesgo de infección. Por tanto, mantener una buena salud bucal mediante la higiene bucal es muy importante.